Gustavo Cerati 3 años del ACV

Dios Guardián Cristalino de guitarras / que ahora / más tristes / penden y esperan / de tus manos la palabra / Precipitándome a lo insondable / tus caricias me despiertan a la vez / en un mundo diferente al de recién… / Tu luz es muy fuerte / es iridiscente y altamente psicodélica / Te encuentro cuando el sol abre una hendija / que genera notas sobre la pared sombreada / Y suena tu música en la pantalla / sos el ángel inquieto que sobrevuela / la ciudad de la furia / Comprendemos todo / tu voz nos advierte la verdad / Tu voz más linda que nunca

Luis Alberto Spinetta 2011

Faltando un día para que se cumplan 3 años del accidente que dejo a Gustavo Cerati en estado de coma aún hay algunas actividades de estimulación que buscan el despertar del músico argentino:

El cantante no está 24 horas en una camilla, sino que es vestido, afeitado y sentado en un sillón, donde pasa al menos una hora cada jornada, según informaciones que publicó hoy el periódico argentino Perfil.

Esa dinámica se repite cada día a las 9 de la mañana, cuando enfermeras llegan hasta la resguardada habitación del músico —sólo pueden ingresar sus familiares directos con huella digital—, para ponerle zapatillas, pantalones, polera y sentarlo en el sillón frente a su cama. Allí le realizan distintos ejercicios de estimulación. La operación es repetida en la tarde, y se prolonga hasta las 20:00 horas.

De vez en cuando lo afeitan, y cada tanto aparece en el recinto Óscar Fernández, su peluquero y amigo personal, quien le corta el cabello.

La madre y las dos hermanas de Cerati deciden quién puede visitar al artista. Ellas y el resto de la familia son las que mantienen viva la ilusión de ver al autor de piezas como “Me quedo aquí” abrir los ojos otro vez.

“Los médicos son los que ven el monitor, pero nosotros somos los que estamos y lo vemos todo el tiempo”, comentó a Perfil una de las tías de Cerati. Ese mismo círculo es el que lo incentiva a dar respuestas, y aseguran que Gustavo cumple: Por ejemplo, dicen que muchas veces cuando su madre llega, él mueve la cabeza en dirección a la entrada. O que traga saliva cuando alguien se lo pide.

Incluso, dicen que una vez le pusieron un casete con la voz de su padre, que era locutor, y se produjo la mayor respuesta: Le subieron de golpe las pulsaciones, tanto que hubo que descartar la estrategia. “Escucha, lo que no sabemos bien es cómo lo procesa”, dicen.*

*Extraido de Elnacional.com

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