Ya hace un par de semanas que terminó el encuentro anual del Rock por antonomasia, de financiamiento estatal y con una historia de más de dos décadas de altibajos, ROCK AL PARQUE.
Ya pasada la nostalgia, memorias frescas de momentos álgidos y los músculos del cuello y demás con su merecido descanso es hora de opinar con cabeza fría sobre el festival. Empecemos!
El elefante en la casa, no nos importan las bandas locales.
Una verdad a gritos es que el apoyo a las bandas locales apesta, bajos números en público, paupérrimo ambiente de parte de este (a menos que sea un espectáculo exótico) y en general una falta de responsabilidad y apropiación para con el Rock Nacional – ¿Es culpable Rock Al Parque de esto? Revisemos la ‘problemática‘ respecto a la afluencia de público solo por bandas internacionales.
Para nadie es un secreto que el evento genera sus números a partir de sus cierres internacionales (eespecialmente en la primera jornada dedicada al Metal), el escenario Plaza se ve desértico durante el atardecer y a eso de las siete de la noche súbitamente queda repleto! ¿La razón? – El público solo va a ver las agrupaciones grandes internacionales.
Es entendible que el cartel nacional no es del agrado de muchos pero estoy seguro de que casi nadie se toma su tiempo para mirar el estado de la convocatoria de los grupos locales y el resultado final, a excepción de nombres ya conocidos y que cada ciertos años vuelven a participar en el festival, pero bandas emergentes e incluso bandas internacionales no tan conocidas y que tocan en las jornadas de domingo y lunes son cínicamente ignoradas. La gente solo va por los grandes nombres y por los cañonazos.
Culpa de las bandas internacionales no es, o la excusa de muchos de que el Rock de afuera es mejor, y que lo de acá no es bueno. Sin duda este es un error por parte de la organización que se repite año tras año, si el festival fue originalmente creado para dar apoyo y crecimiento al Rock Nacional – ¿Por qué no se genera un espacio para esa causa?, y si ya llevamos en esta causa mas de veinte años – ¿Por qué el crecimiento no se ve reflejado en el posicionamiento de los locales a nivel internacional o siquiera nacional y en el crecimiento del Rock como cultura no como consumo?
Pongan a abrir a Lamb of God, (lo sé, suena loco y requeriría de un trabajo de logística más arduo desde más tempranas horas) sigan con posicionamientos de media jornada como el de Nervosa o Heaven Shall Burn y un gran cierre por parte de Death Angel o Obituary, pero háganlo en pro del Rock Nacional, como coloquialmente se dice: ‘A las malas’, que el público se quede empapándose de lo nacional así sea solo en espera de las internacionales y se mantiene al público activo durante todas la jornadas del festival, pero si las bandas colombianas seleccionadas por los jurados y curadores fueron tan buenas como para estar en el festival, seguramente generarán nuevos fanáticos en este proceso, o al menos curiosidad por parte de los asistentes para al menos generar un sentido de pertenencia y reconocimiento.
A lo largo de 20 años esto ha generado las siguientes peligrosas e imaginarias ideas:
- El Rock es Nacional no es tan bueno como el extranjero.
- Los espacios de Rock deben ser gratuitos, para que pagar y apoyar eventos locales si Rock Al Parque trae lo mejor resumido cada año.
- Solo iré a ver a las bandas internacionales porque las nacionales no valen la pena.
- Solo las bandas de “la rosca” pasan las audiciones de Rock Al Parque, para que ir a verlos.
Esto no solo permea la esfera del público en general, hasta la zona de prensa se ve cargada con estos imaginarios, la mayoría de medios solo están pendientes y presentes de las ruedas de prensa internacionales y las mejores tomas fotográficas también solo se las llevan los extranjeros, es algo que debe cambiar, hay que hacer una verdadera integración de parte del festival para con las bandas y tanto para el público, se habla de la diversidad para traer grupos que poco o nada tienen que ver con el Rock pero no se toca ni se desarrolla esta problemática anti diversidad en la que se excluye lo nacional automáticamente, si no somos tolerantes y receptivos con lo nuestro – ¿Qué clase visión de diversidad se quiere generar? Y hablando de la diversidad…
¿Diversidad de “Rock” en Rock Al Parque?
Si bien enormes y fantásticos performances como el de Tulipa Ruiz, Mon Laferte, Kanaku Y El Tigre y Catfish iluminaron la tarde del lunes, hay una verdad que sobresale y es que a pesar de lo maravilloso que fue tanto descubrirlos como apreciar sus presentaciones, su contenido y conexión con el Rock son mínimas.
Ojo, no estamos diciendo que el Rock solo es Metal y Hardcore, que es con lo que se ha escudado la organización para traer a cuanto artista se le antoje a sus curadores, tampoco se está dejando de apreciar la calidad y variedad de sus actos, pero su conexión con el Rock no es suficiente para justificar su presentación en el festival, sobretodo con la gran variedad de artistas que existen a nivel mundial mas coherentes con el evento.
Este año no hubo ningún exponente nacional ni internacional de Heavy metal a excepción del mediocre homenaje a Kraken y su difunto lider Elkin “El Titán” Ramírez y el vozarrón de Mon Laferte (solo su voz), nos preguntamos dónde está el Rock Progresivo, el Grunge, New Wave, Rock n roll, Southern Rock, Sludge, Doom… porque se ha disminuido tanto la presencia del Ska Y el Reggae año tras año.
Muchas de las presentaciones del lunes estaban enfocadas a el rol de la mujer en el Rock, entonces por qué no precisamente conectarlo más a lo que se puede considerar Rock, pudieron haber traído a las Savages, Mystica Girls, Crucified Barbara, Halestorm, Otep, In This Moment, pero la Cumbia; la Carranga y otros géneros se camuflaron en el festival con una mínima pizca de Rock.
Este para nada es un mensaje de intolerancia, melódicas y sabrosas combinaciones como la de Ismael Ayende y su Surf Rock combinado con ritmos latinos, Cirkus Funk y su alegre psicodelia, los chinos Zhaoze como un sólido e icónico botón melancólico del Post Rock asiático, Salt Cathedral y su maravillosa combinación de guitarra y ritmos electrónicos muestran que la diversidad en el Rock existe y hace presencia en el festival, pero cobijados por ellos también entran muchos artistas que no justifican su presencia.
También nos preguntamos si bajo esta visión de tolerancia dejarían presentar a bandas como Indio y Umzac en festivales como Colombia Al Parque, que justifican su presentación al tener temáticas e instrumentación con tonos indígenas ancestrales. Y por qué no también a Los Mackenzies.
Logística Lógica
La excusa para la cancelación de la presentación de Gillman en el festival fue la seguridad de los asistentes ya que el contenido político de la banda (o más bien su relación con el Chavismo) con la actual situación venezolana hubiera generado disturbios que justificados o no hubieran sido una mala carta para el evento, la decisión es entendible y en parte razonable.
Por la misma línea no se entiende que no se haya desarrollado ningún plan de contención para las presentaciones de las bandas argentinas 2 minutos Y Los Caligaris, sabiendo que se generarían altercados por parte de barristas ya que himnos icónicos de ambas bandas han sido usados por diferentes equipos en toda Latinoamérica para avivar a sus equipos, y ya peleas estaban pactadas a través de redes sociales. Si bien no se pide la cancelación de este tipo de bandas, una organización y logística más severa debió de haber sido algo mas que evidente, ya que vidas e integridad humana están en riesgo.
Rock Al Parque lleva más de veinte años rodando y jamás, las presentaciones mayores y de clausura han tenido un sonido impecable, y qué decir de la pésima ecualización de la transmisión en vivo por los diferentes medios, cuando podrá alguien arreglar esto…
Conclusión?
El festival debe de poner como puntos vitales de su agenda, EL APOYO AL ROCK NACIONAL y su visualización internacional, tener un proyecto a futuro con todas las bandas participantes y con el público para que la apreciación y respeto por la cultura del Rock crezca, necesitamos grandes agrupaciones nacionales rodando por el mundo porque ya es hora de que pase.
Que el máximo sueño del Rock Nacional no sea solo presentarse en el evento y que esta fiesta no sea la única reunión anual, que sea un bastión para crecer como seres humanos, como bandas, como colectivo cultural, como ciudadanía y como país. Apoyemos a lo nuestro y no dejemos morir este sueño.
Mayor información en: www.rockalparque.gov.co
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Enviado especial de El Santuario del Rock: Camilo Moreno
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