Reseña de Gröna Lund Festival 2017

En la temporada de verano las puertas de Gröna Lund se abren para recibir tanto a artistas locales como a grandes nombres de la escena internacional y promover la actividad artística entre sus seguidores en el epicentro de la así llamada Capital de Escandinavia.

Estocolmo es renombrada por haber servido de trasfondo a rúbricas como Katatonia, Opeth y Candlemass. Al mismo nivel de importancia, ENTOMBED A.D. (con el vocalista Lars-Göran Petrovn envuelto en asuntos legales con el guitarrista Alex Hellid), ha estado ondeado su bandera como actor en su nicho desde 1990; y en esta ocasión tuvimos la oportunidad de asistir al regreso a la tarima doméstica, esperado por muchos desde sus últimas presentaciones en Alemania. Mucha expectativa gira en torno a la agrupación ante su próxima visita a Latinoamérica en agosto y septiembre.

La última vez que tuvieron su presentación en Suecia en noviembre de 2016, tras haber estrenado al mercado Dead Dawn en febrero bajo Century Media, comenzaban a promocionar su último lanzamiento con gran acogida. Esta vez la ansiosa audiencia comenzó gradualmente a entrar en expectativa al oír la melodiosa introducción. Algunos murmuraron cuán retardado estaba el programa (quizás la puntualidad del parque no tiene el hábito de hacer esperar a sus públicos más de 6 minutos, el cual fue el caso). En fin, la descarga abre con el potente y nuevo « Midas in Reverse ». Los cortes de guitarra iniciales causaban una euforia que emanaba de los asistentes y los puños se alzaron inmediatamente al aire. La energía había comenzado a fluir desde las tablas hacia la platea, que se tornaba más y más densa con público.

 

De su disco debut, se resalta « Second To None » y sus visos rockeros al poner las cabezas a asentir al ritmo de la música en tiempo medio. Tan pronto los motores se calentaron y la muchedumbre perceptiva alcanzó el umbral de sinergia que contagian las tonadas inconfundibles de la crudeza en las distorsiones de Nico Elgstrand y Guilherme Miranda, « Living Dead » instiga un pogo bastante amigable en la mitad del mar de gente, cuyas olas se recrean y robustecen especialmente durante « Serpent Saints » y « I for An Eye ». La voz de Lars y sus entonados guturales retumban con ocasionales ecos y su expresión predominante durante todo el espectáculo revela liberación y al mismo tiempo exultación.

La pesadez de los densos metales sigue complaciendo a los oyentes y en el gran quiosco reverberan los coros de los guitarristas mientras el rostro que frentea la agrupación saluda a aquellos en los balcones laterales. Las notas clásicas e inconfundibles de « Left Hand Path » y « Supposed To Rot ». Las palmas de los asistentes apoyan el vaivén del cierre y la despedida de los artistas con gran satisfacción. Y una vez más el sello holmiense del terror y la muerte confirma su protagonismo en el salón de la fama como uno de los pioneros del Metal Escandinavo.

MEGADETH es probablemente una de las bandas de música pesada más grande de la historia gracias a su fórmula única de voces con un toque con tonalidades broncas, guitarras: frenéticas, rápidas y progresiones intrépidas.

Tras numerosos cambios recientes en la combinación de integrantes, su robustez sigue manteniendo vigente su protagonismo desde los años 80. Bajo el marco de una extensa visita a Europa, la capital nórdica no podía faltar en su lista de destinos durante este 2017.

Una multitud apilada en el parque de diversiones más activo culturalmente en la ‘Venecia del Norte’ explotó desde el primer enérgico acorde que profirió esta banda angelina al inaugurar la lista de éxitos con “Hangar 18”. Los asistentes más cercanos al proscenio intentaron levantar sus brazos cada vez más alto que sus voces al corear la apertura del evento.

Poder ver simultáneamente los clásicos tonos pentatónicos de Dave Mustaine, extrapolar los poderosos desbordes de dominio guitarrístico del brasileño Kiko Loureiro, que se apoyan en el incesante y recio tamboreo del también recientemente llegado belga Dirk Verbeuren, es una experiencia que ofrece una solidez de músicos que han entregado su vida devotos al ímpetu singular de esta banda. Las proyecciones, cuyas imágenes en movimiento hacen del concierto una unidad teatral, reforzaron con gran acierto “Tornado of Souls”, “Sweating Bullets”, “Symphony Of Destruction” y el gran cierre “Holy Wars”.

El bajista David Ellefson relució durante toda la presentación con su contacto cercano al público asistente y los momentos acústicos de Loureiro entablaban una fluida conversación con cada flanco de las vallas de contención. Los puños rebasaban la estatura de las unidades de logística al frente y la fluidez de las cuerdas metálicas tuvieron estelar protagonismo en los intermedios de la apertura, “Wake Up Dead” y “Post American World”.

La carga emocional de la presentación tuvo los titulares de “A Tout Le Monde” y “Trust”. Después de un solo de bajo y diálogo entre el retumbar de la batería y los gritos de la platea, la pregunta era en qué momento la presencia de Rattlehead se abriría paso en el escenario. Sin grandes pretensiones los acordes de “Peace Sells” lo invitaron a animar a la gente e intercambiar uno que otro coqueteo con las cuerdas que merodeaban las frecuencias bajas y los punteos líderes, para finalmente cabecear con la figura central de la banda.

 

La función llega a su fin con un cantante que reitera que la atención del público debe concentrarse en el disfrute de las canciones tocadas al vivo y menos en los comentarios de su vocalista. Con un aura de relativa humildad y profundo agradecimiento el instigador central, participante y cabeza de Megadeth ofrece un cumplido que se configura como su signatura personal de despedida: ”Sois grandiosos; somos Megadeth”. Finalmente el telón se cierra mientras la cortina de “Silent Scorn” se diluye en la histeria de una audiencia satisfecha y un par de poleas de la maquinaria del parque de diversiones.

Fotos de Gröna Lund Festival 2017


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